La española participa en el desarrollo de tres parques en Escocia, que son los de Inch Cape, Moray Firth y Beatrice, situados a unos 20 kilómetros de la costa. El primero tendrá capacidad para ofrecer electricidad a 680.000 hogares.
Repsol observa con especial atención el desarrollo de la energía eólica marina en el Norte del Europa, donde ya hay 2.000 aerogeneradores instalados, más del 90% de toda la potencia mundial. En los nuevos parques escoceses en los que participa la empresa española, las turbinas trabajarán unas 4.000 horas anuales, lo que contrasta con las cerca de 2.500 horas de actividad de un parque terrestre.
Una vez obtenido la aprobación de las autoridades escocesas, se definirá la ubicación exacta de los aerogeneradores, que en el caso de Inch Cape podrían ser hasta 213 distribuidos en un área de 150 kilómetros cuadrados. La conexión a la red eléctrica se hará a través de una serie de subestaciones situadas en el mar e interconectadas por cable submarino con un punto en tierra.
La aprobación del proyecto eólico de Repsol en Escocia depende ahora en gran medida del estudio de impacto ambiental de los proyectos, especialmente sobre las aves, la pesca y la fauna marina. La empresa espera obtener esta aprobación en los próximos días, y confía en empezar a generar electricidad a partir de 2018.
