La industria espacial española participará en el Programa Europeo de Satélites Polares de Segunda Generación (EPS-SG). Esto supondrá un avance tecnológico en la vigilancia y observación de la atmósfera, y que a su vez mejorará la predicción meteorológica.
Muchas actividades económicas como la agricultura dependen de la predicción meteorológica. Teniendo en cuenta esta máxima, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y el Centro para el Desarrollo tecnológico Industrial (CDTI) han sellado un convenio a través del cual la industria espacial española participará en el Programa Europeo de Satélites Polares de Segunda Generación (EPS-SG).
Precisamente las organizaciones europeas Eumetsat y la ESA han diseñado y definido la segunda generación del satélite (European Polar System, EPS) muy útil para la meteorología operativa y los estudios climáticos. El EPS-SG consta de seis satélites, en dos series de tres satélites con diferente instrumentación cada una. Por un lado radiómetros y sondeadores, y, por otro lado, otros instrumentos novedosos que permitirán prestaciones superiores a las del primer programa polar.
Esta segunda generación mejorará los modelos numéricos de predicción y ofrecerá índices de meteorología marina, así como de oceanografía e hidrología operacional. Además, permitirá la monitorización de la calidad del aire gracias a su relación con el programa de observación de la Tierra Copernicus de la Unión Europea, en el que también participa España.
Desde el lanzamiento del primer satélite artificial en 1957, los satélites y sus instrumentos de observación a bordo han dado una plataforma privilegiada para la observación de la atmósfera. Al contrario que los satélites geostacionarios, que aparentemente aparecen inmóviles sobre una misma zona de la Tierra y sirven para pronósticos más inmediatos, los polares, que orbitan a una altitud de 850 kilómetros, aproximadamente, y observan la totalidad de la Tierra cada 12 horas, ofrecen parámetros globales fiables para 15 días.
