Dos ingenieros españoles han creado RealFlow, el primer ‘software’ diseñado para añadir a una película efectos especiales relacionados con líquidos: la lava de un volcán, una ola gigante, un tsunami o una inundación ficticia.
En el mundo de los efectos, un tsunami de verdad no es como nos lo pintan en una película. La simulación permite reproducir la realidad y eso, en principio, no tiene límites. Podríamos llamarlo el efecto Hollywood. RealFlow, Next Limit Technologies, es el primer software diseñado para añadir a una película efectos especiales relacionados con líquidos.
Este software español es líder en el mercado de los efectos especiales, una especie de Photoshop de los fluidos que ha sido utilizado en más de cien películas y anuncios y que incluso llevó a los dos ingenieros a la famosa Industrial Light & Magic en California, la empresa de George Lucas.
En 2008 la firma recibió el Óscar al mérito técnico que concede la Academia de cine estadounidense. En la lista de sus 15.000 clientes se mezclan Pixar, Disney o Dreamworks por el lado del cine, y la NASA, BMW, Apple o Toyota por el de la ingeniería.
Por ejemplo, con este sistema se ha creado la lava de la Montaña de Fuego donde Frodo suelta la pesada carga que arrastra en El Señor de los Anillos; el chocolate que Willy Wonka elabora en Charlie y la fábrica de chocolate; las olas que baten entre la flota de los Lancaster y del rey Stannis Baratheon en Juego de tronos; el tsunami sin piedad de Lo imposible, o los especiales X-Men.
Tras el éxito conseguido, RealFlow, lanzó otros programas que pasaban del mundo más artístico del cine a sectores más propios de la ingeniería: Maxwell Render en 2005 y XFlow en 2011. El primero es un simulador de luz que permite crear imágenes fotográficas prácticamente indistinguibles de la realidad (rendering).
XFlow es un túnel de viento en 3D que también simula fluidos pero en el mundo de la automoción, la aeronáutica o la ingeniería civil. Su objetivo es entender cómo funcionarían un coche o un avión en una situación real antes de que hayan sido fabricados: es decir, se diseñan en 3D y se simula su operación en un túnel de viento en 3D.
